CUARTA PARTE
José
1Habitó Jacob en la tierra por donde peregrinó su padre, en la tierra de Canán.
2Esta es la historia de Jacob:
Cuando tenía José diecisiete años, siendo todavía un niño, iba con sus hermanos, los hijos de Bala y de Zelfa, mujeres de su padre, a apacentar el ganado, e hizo llegar José a su padre la pésima fama de aquéllos. 3Israel amaba a José más que a todos sus otros hijos, por ser el hijo de su ancianidad, y le hizo una túnica talar. 4Viendo sus hermanos que su padre le amaba más que a todos, llegaron a odiarle, y no podían hablarle amistosamente. 5Tuvo también José un sueño, que contó a sus hermanos y que acrecentó más todavía el odio de éstos contra él. 6Díjoles: <<Oíd, si queréis, este sueño que he tenido. 7Estábamos nosotros en el campo atando haces, y vi que se levantaba mi haz y se tenía en pie, y los vuestros lo rodeaban y se inclinaban ante el mío, adorándole>>. 8Y sus hermanos le dijeron: << ¿Es que vas a reinar sobre nosotros y vas a dominarnos?>> Estos sueños y las palabras de José fueron causa de que le odiaran todavía más. 9Tuvo José otro sueño, que contó también a sus hermanos, diciendo: <<He aquí que he tenido otro sueño, y he visto que el sol, la luna y once estrellas me adoraban>>. 10Contó el sueño a su padre y a sus hermanos, y aquél le increpó, diciéndole: << ¿Qué sueño es ese que has soñado? ¿Acaso vamos a postrarnos en tierra ante ti yo, tu madre y tus hermanos?>> 11Sus hermanos le envidiaban, pero a su padre le daba esto que pensar. 12Fueron sus hermanos a apacentar el ganado de su padre en Siquem, 13y dijo Israel a José: <<Tus hermanos están apacentando en Siquem. Ven que te mande a ellos>>. El respondió: <<Heme aquí>>. 14<<Pues vete a ver si están bien tus hermanos y el ganado, y vuelve a decírmelo>>. Y le envió desde el valle de Hebrón, y se dirigió José a Siquem. 15Encontróle un hombre errando por el campo y le preguntó: << ¿Qué buscas?>> 16Y él le contestó: <<A mis hermanos busco. Haz el favor de decirme dónde están apacentando>>. 17Contestóle el hombre: <<Se han ido de aquí, pues les oí decir: Vámonos a Dotayin>>. Fue José en busca de sus hermanos, y los halló en Dotayin. 18Viéronle ellos desde lejos, antes que a ellos se aproximara, y concibieron el proyecto de matarle. 19Dijéronse unos a otros: <<Mirad, ahí viene el de los sueños; 20vamos a matarle y le arrojaremos a uno de estos pozos, y diremos que le ha devorado una fiera; así veremos de qué le sirven sus sueños>>. 21Rubén, que esto oía, quería librarle de sus manos, y les dijo: <<Matarle, no; 22no vertáis sangre; arrojadle a ese pozo que hay en el desierto y no pongáis las manos sobre él>>. Quería librarle de sus manos para devolverlo a su padre. 23Cuando llegó José hasta sus hermanos, despojáronle de su túnica, la túnica talar que llevaba, 24y agarrándole, le arrojaron al pozo, un pozo vacío, que no tenía agua.
José vendido por sus hermanos
25Sentáronse a comer, y, alzando los ojos, vieron venir una caravana de ismaelitas que venía de Galad, cuyos camellos iban cargados de estoraque, tragacanto y láudano, que llevaban a Egipto; 26y dijo Judá a sus hermanos: << ¿Qué sacaríamos de matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? 27Vamos a vendérselo a esos ismaelitas y no pongamos en él nuestra mano, pues es hermano nuestro y carne nuestra>>. Asintieron sus hermanos; 28y, cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndole del pozo, y por veinte monedas de plata se lo vendieron a los ismaelitas, que le llevaron a Egipto. 29Volvió Rubén al pozo, pero no estaba en él José, y, rasgando sus vestiduras, 30volvióse a donde estaban sus hermanos, y dijo: <<El joven no parece, ¿adónde iré yo ahora?>> 31Tomaron la túnica talar de José y, matando un macho cabrío, la empaparon en la sangre, 32la tomaron y se la llevaron a su padre, diciendo: <<Esto hemos encontrado; mira a ver si es o no la túnica de tu hijo>>. 33Reconociéndola él, dijo: <<La túnica de mi hijo es; una fiera le ha devorado, ha despedazado enteramente a José>>. 34Rasgó Jacob sus vestiduras, vistióse de saco e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo. 35Venían todos sus hijos y sus hijas a consolarle; pero él rechazaba todo consuelo, diciendo: <<En duelo bajaré al sepulcro, a mi hijo>>. Y su padre le lloraba. 36los madianitas le vendieron en Egipto a Putifar, ministro del faraón y jefe de la guardia.
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