SEGUNDA PARTE
Muerte de Saúl
1Los filisteos dieron la batalla a Israel, y los hombres de Israel huyeron ante los filisteos, y cayeron muchos muertos en el monte de Gélboe. 2Los filisteos persiguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, hijos de Saúl. 3El peso de la batalla cargó sobre Saúl; y le descubrieron los arqueros, de los que fue herido. 4Entonces dijo Saúl a su escudero: <<Desenvaina tu espada y traspásame con ella, no vengan esos incircuncisos y me escarnezcan>>; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces tomo Saúl su espada y se dejó caer sobre ella. 5El escudero de Saúl, viéndole muerto, se echó también sobre su espada, y murió. 6Así perecieron Saúl y sus tres hijos, pereciendo con ellos toda su casa. 7Todos los de Israel que estaban en el valle, viendo que habían huido los hombres y que Saúl y sus hijos eran muertos, dejaron sus ciudades para ponerse también en fuga; vinieron luego los filisteos y se asentaron de ellas.
8Al día siguiente vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y hallaron a Saúl y a sus hijos caídos en el monte de Gélboe. 9Los despojaron y se llevaron su cabeza y sus armas, e hicieron pregonar las buenas noticias por toda la tierra de los filisteos, a sus ídolos y al pueblo. 10Pusieron las armas de Saúl en el templo de su dios, y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. 11En Jabes Galaad, al saber lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12se le levantaron todos los hombres útiles, y tomaron el cuerpo de Saúl y los de sus hijos y los transportaron a Jabes, y allí los sepultaron bajo la encina de Jabes, y ayunaron por siete días.
13Murió Saúl porque se había hecho culpable de infidelidad hacia Yavé, cuyas palabras no guardó, y por haber preguntado y consultado a los evocadores de los muertos. 14No consultó a Yavé, quien lo hizo morir, transfiriendo el reino a David, hijo de Isaí.
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