SEGUNDA PARTE
Ezequías, rey de Judá
1El año tercero de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Ajaz, rey de Judá. 2Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abi, hija de Zacarías. 3Hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, enteramente como lo había hecho David, su padre. 4Hizo desaparecer los altos, rompió los cipos, derribó las aseras y destrozó la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los hijos de Israel hasta entonces habían quemado incienso ante ella, dándole el nombre de Nejustán.
5Puso su confianza en Yavé, Dios de Israel, y de todos los reyes de Judá que le sucedieron o le precedieron, no hubo ninguno semejante a él. 6Se allegó a Yavé y no se apartó de Él, y guardó todos los mandamientos que Yavé había prescrito a Moisés. 7Yavé fue con Ezequías, que salió bien en todas sus empresas. Se rebeló contra el rey de Asiria y no le estuvo sujeto. 8Batió a los filisteos hasta Gaza y sus contornos, (devastando) desde las torres de atalaya hasta las ciudades fuertes.
9El año cuarto del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaria y la asedió. 10La tomó al cabo de tres años; el año sexto de Ezequías, que era el año noveno de Oseas, rey de Israel, fue tomada Samaria. 11El rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria y los estableció en Jalaj, en Jabor, junto al río Gozán, y en las ciudades de Media, 12porque no habían escuchado la voz de Yavé, su Dios, y habían roto su alianza, y no habían obedecido y puesto por obra todo lo que Yavé había mandado a Moisés, su siervo.
Invasión de Senaquerib
13El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fuertes de Judá y se apoderó de ellas. 14Ezequías, rey de Judá, mandó decir al rey de Asiria, a Laquis: <<He pecado. Déjame y haré todo lo que me impongas>>. El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro. 15Ezequías entregó toda la plata que había en la casa de Yavé y en el tesoro del palacio real. 16Fue entonces cuando Ezequías arrancó las puertas del templo de Yavé y los dinteles, que el mismo Ezequías, rey de Judá, había recubierto de oro, para entregarlas al rey de Asiria.
Sitio de Jerusalén
17El rey de Asiria mandó desde Laquis al tartán, al rab-saris y al rab-saqué (copero mayor) al rey Ezequías con una poderosa fuerza a Jerusalén. Subieron, pues, y al llegar hicieron alto junto al acueducto de la alberca superior, que está en la calzada del campo del batanero, 18y preguntaron por el rey. Salió entonces hacia ellos Eliaquín, hijo de Helcías, mayordomo de palacio, con Sobná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, cronista; 19y el copero mayor les habló, diciendo: <<Decid a Ezequías: Así habla el rey grande, el rey de Asiria: ¿Qué confianza es esa que manifiestas? 20¿Crees tú que las palabras de los labios sirven de consejo y fuerza para hacer la guerra? Ahora, pues, ¿en quién confías para rebelarte contra mí? 21¿Confías en Egipto, en esa caña rota que pincha y hiere la mano de quienquiera que en ella se apoya? Así les sucede con el faraón, rey de Egipto, a cuantos confían en él. 22Y si me decís: Confiamos en Yavé, nuestro Dios, ¿no ha hecho desaparecer Ezequías sus altos y sus altares, diciendo a Judá y a Jerusalén: Ante este altar de Jerusalén habéis de ofrecer? 23Haz, pues, un convenio con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si estás en condiciones de procurarte jinetes para ellos. 24¿Cómo podrás resistir ni a un solo jefe de los menores entre los siervos de mi señor? ¿Confías en que Egipto te mandará carros y caballeros? 25Y, además, ¿ha sido sin la voluntad de Yavé como he subido yo a este lugar para destruirlo? Es Yavé quien me ha dicho: Sube contra esa tierra y destrúyela>>.
26Eliaquín, hijo de Helcías; Sobná y Joaj dijeron al copero mayor: <<Habla a tus siervos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en judío delante de todo el pueblo que está en las murallas>>. 27Entonces el copero mayor respondió: << ¿Acaso es a tu señor y a ti a quienes mi señor me ha mandado decir estas palabras, y no más bien a la gente que hay en la muralla y han de comer sus excrementos y beber sus orines con vosotros?>> 28Entonces se puso de pie el copero mayor y gritó en alta voz, en judío: <<Escuchad el mensaje del rey grande, del rey de Asiria: 29Así habla el rey de Asiria: No os dejéis engañar de Ezequías, que no podrá libraros de mi mano. 30Que no os haga confiar tampoco Ezequías en Yavé, diciendo: Yavé nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria. 31No deis oídos a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Haced paces conmigo, rendíos a mí, y cada uno de vosotros comerá de su viña y de su higuera y beberá el agua de su cisterna, 32hasta que yo venga y os lleve a otra tierra como la vuestra, a una tierra de trigo y de vino, tierra de pan y de viñas, de olivos, de aceite y de miel, y allí viviréis y no moriréis. No escuchéis a Ezequías; no hace más que engañaros cuando dice: Yavé nos librará. 33¿Han librado los dioses de los pueblos a su tierra del poder del rey de Asiria? 34¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arfad? ¿Dónde los dioses de Sefarvaím, Ana y Ava? ¿Dónde están los dioses de la tierra de Samaria? ¿Han librado a Samaria de mi poder? 35¿Qué dios de éstos ha librado a su tierra de mi poder para que pueda Yavé librar de mi mano a Jerusalén?>>
36El pueblo estuvo callado y no dijo una sola palabra, porque el rey había dado esta orden: <<No les respondáis>>. 37Eliaquín, hijo de Helcías, mayordomo del palacio; Sobná, secretario, y Joaj, hijo de Asaf, cronista, vinieron a Ezequías, rasgadas las vestiduras, y le refirieron las palabras que el copero mayor había dicho.
Nota: Los libros III y IV de los Reyes, en algunas versiones de la Biblia se llaman libros I y II de los Reyes, ya que los dos libros que los anteceden se llaman a veces libros de Samuel. Estos cuatro libros de los reyes relatan de manera continua los eventos historicos que relatan, por lo cual es util considerarlos como un grupo de 4 libros consecutivos.
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